martes, 27 de diciembre de 2011

Historias narradas con imágenes

En estos links pueden observar la capacidad narrativa que encierran las imágenes, al punto de mostrar una historia. Imágenes combinadas con un audio, que cuentan muchas realidades.

El video “La pobreza de una familia” relata el caso de una familia ecuatoriana que vive en situación de pobreza y que refleja la realidad de muchas familias alrededor del mundo. Una familia pobre que lucha por salir adelante mediante el trabajo diario, una familia que a pesar de problemas de salud, una vivienda en mal estado ubicada en una zona olvidada, donde abunda la miseria, se mantiene unida por el amor.

El otro video, “¿Sin Fotos No hay Realidad?”, evidencia la forma de comunicar de los periódicos, priorizando las imágenes en detrimento de las letras, del texto, que es el que tiene la función de explicar los hechos. Al dar prioridad a las imágenes se profundiza el discurso que cada una de ellas representa, por ejemplo, la estética del cuerpo femenino o el temor ante la inseguridad. De igual forma, los periódicos atentan contra la integridad de niños, niñas, adolescentes y contra la dignidad de aquellos que fueron, al mostrar fotografías de cuerpos sin vida, cadáveres; estas imágenes fuertes, incluso grotescas, pueden alterar o perturbar la sensibilidad de muchas personas. Las imágenes pueden sobredimensionar un hecho social causando impacto y conmoción. Nos dicen “verdades” mostrándonos acontecimientos en base a imágenes, imágenes que muchas veces no corresponden a determinados sucesos, sino que las adaptan. Ante esto se requiere una mayor investigación. 



domingo, 25 de diciembre de 2011

César Gustavo Garzón Guzmán

Ecuatoriano, narrador y crítico literario. Encarcelado a finales del año de 1989, liberado en octubre de 1990 y desaparecido el 10 de noviembre de ese mismo año. Perteneció al Taller de Literatura de la Casa de la Cultura Ecuatoriana coordinado por el novelista Miguel Donoso Pareja. Fue fundador del colectivo La Mosca Zumba, en cuya revista publicó varios textos. Dio a conocer artículos de crítica en el suplemento La liebre ilustrada de diario El Comercio.

Las atrocidades que sufrió el escritor se debió al contexto en el que vivió; en Ecuador se establecieron políticas de Estado orientadas a reprimir la organización y protestas sociales y otras manifestaciones contrarias al gobierno, aún las provenientes de medios y periodistas independientes o aquellas surgidas de otros opositores políticos. Era durante el gobierno neoliberal de León Febres Cordero cuando se agudizó la política, viéndose marcada la década por la aparición de grupos alzados en armas y por una represión generalizada sobre los sectores juveniles en especial.
En este contexto, y frente a los reclamos de ciudadanos y de los movimientos sociales, los derechos humanos fueron vulnerados, llegando al extremo de encarcelamientos, asesinatos sin fórmulas de juicio y desapariciones, tal como consta en el Informe de  la Comisión de la Verdad, que para investigar estos casos se organiza en el actual período gubernamental.
Gustavo Garzón Guzmán fue detenido en la ciudad de Quito el 7 de agosto de 1989, por encontrarse armas en el vehículo en el cual viajaba junto con Marcos Lenin Checa Artos. Conducido al Servicio de Investigación Criminal de Pichincha (SIC-P) fue torturado y mientras permaneció detenido afrontó varios juicios en su contra por presunta participación en el asalto a una entidad bancaria en la ciudad de Pimampiro, provincia de Imbabura, causa en la que fue absuelto y en la que al ser remitida al juzgado décimo de lo Penal de Pichincha para que se continúe el trámite por tenencia ilegal de armas, fue sobreseído. Su liberación se dio el 7 de septiembre de 1990.

El 9 de noviembre de 1990 en horas de la tarde, Gustavo Garzón Guzmán salió de su domicilio ubicado en la ciudad de Quito en el sector de San Juan, hacia la Editorial “El Conejo” a cobrar un cheque por la publicación de una obra literaria. Gustavo Garzón Guzmán desapareció en la madrugada del 10 de noviembre de 1990, después de la reunión con sus amigos no llegó a su domicilio, por lo que su familia lo buscó en hospitales, clínicas e inclusive la morgue sin obtener resultado.
El 29 de noviembre de 1990, Clorinda Guzmán de Garzón madre de Gustavo Garzón presentó una denuncia ante el Tribunal de Garantías Constitucionales por su presunción de la desaparición de su hijo: “se debe a motivaciones claramente políticas que violan disposiciones legales, constitucionales relacionadas con la libertad, la seguridad, el libre pensamiento, el derecho a la integridad y a la vida”. Sin embargo, el Tribunal mediante Resolución Nº 042-96-CP se inhibe de avocar conocimiento por falta de competencia en razón de la materia y ordena el archivo del expediente.
La madre de Gustavo Garzón remitió múltiples comunicados a diferentes autoridades en distintos gobiernos nacionales, como también a organizaciones internacionales, entre las que se encuentra el Grupo de Desapariciones Forzadas de Naciones Unidas y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Pero no han conseguido resultados satisfactorios y aun no se conoce el paradero de Gustavo Garzón.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en su análisis en el 2010, acusa directamente al Estado ecuatoriano por la desaparición forzosa de dos personas, (Garzón y Freddy Marcelo Núñez Naranjo) al no garantizar la debida protección judicial como se establece en la Convención Americana de los Derechos Humanos.

Se trata de un caso más de desaparición de los muchos que ocurrieron, víctimas de un proceso de represión que marcó un importante momento de la “historia oscura” del país ecuatoriano. El caso de Garzón, al igual que el de los hermanos Restrepo, son problemas sociales que están inmersas en el imaginario colectivo, en las conciencias, a pesar de que poco se hable de ello. Se trata de cuestiones de interés social, de los que el Estado y sus respectivos gobiernos deben asumir  responsabilidades, pues los casos no han sido resueltos ni aclarados. Esto alarga el sufrimiento de las familias, pero también la lucha por saber la verdad; por encontrar vivos a sus seres queridos, en el mejor de los casos, o encontrar un cuerpo que les garantice que efectivamente están muertos, y así tengan un poco de tranquilidad.


sábado, 17 de diciembre de 2011

Los Pintores de El Ejido

Las aceras del parque El Ejido, en Quito-Ecuador, las que quedan en la av. Patria y la av. 6 de Diciembre, se convierten en un espacio turístico y cultural cuando los fines de semana llegan pintores y escultores a exhibir sus obras.

Una gran diversidad de expresiones artísticas se expone al aire libre.

Estos pintores y escultores, a pesar de que tienen diversos niveles de calidad estética, con su dedicación han logrado participar y obtener premios en prestigiosos salones de artes visuales del país.

Algunos de esos pintores son Alberto Carcelén, Bolívar Arcentales, Armando Larco (peruano), Walter Villarreal, Edwin Andrade, Víctor Segovia, Gabriel Arteaga,  Edison Terán, Juan Toaquiza  y el escultor Washington Jaramillo.

Las obras de estos artistas han sido merecedoras de menciones y premios por su originalidad.


Son cuadros de Alberto Carcelén, la de la derecha se llama «Volcán en Erupción», representa una expresión de sentimientos de la gente; las necesidades de cambio que existen en la población como ríos subterráneos. Son posiciones idealistas ocultadas, que el artista va descubriendo. La otra se denomina «Desde mi lado izquierdo».






Washington Jaramillo: es la escultura de un toro, trabajada en abse a metal desechado, combinado con piedras de río.




Es un trabajo de Bolívar Arcentales realizado en acrílico, combinado con madera. Las formas precolombinas reflejan la cultura ecuatoriana.





 
 

< Edison Terán: esta obra se llama "Citadinos»".



                                                             Son algunos de los cuadros que el pintor Armando Larco exhibe en el parque El Ejido.





Walter Villarreal: Es una obra caricaturesca. Representa la comparación de pensamientos revolucionarios, unos son pacifistas, y otro no.





 

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Edwin Andrade: Obra denominada "Identidad".
  



Los cuadros de Gabriel Arteaga son sencillos pero hermosos, a pesar de que muchos de ellos no tienen una forma definida.






Víctor Segovia: Dibujos basados en los personajes del libro de Cervantes «Don Quijote de la Mancha».










Juan Toaquiza: es el fragmento de una obra, representa la vida en los páramos andinos del Ecuador.